II Desafio Generacional. Partido 5

Los Ramones jubilan a Los Bingueros

La noche del Viernes 11 de Abril estaba siendo ventosa y desapacible. El reloj de un coche sin luces detenido frente al edificio de la UCAM marcaba las 21:35, y en su interior se podía adivinar la figura de cuatro personas. Justo en ese momento, y por esa misma carretera, otro coche aparecía en escena y se detenía detrás del ya mencionado. En el interior del vehículo recién llegado, y a pesar de sus deslumbrantes luces, se intuía la presencia de cinco ocupantes. Después de unos tensos segundos, y desde la ventanilla del coche delantero, una mano aparecía haciendo la señal de adelante. Al percibir esa señal, el vehículo trasero se ponía en marcha mientras que el coche sin luces salía en su persecución. En ese mismo instante, y unos kilómetros más atrás, el brillo de la luna se reflejaba en la silueta de un hombre que pedaleaba sin descanso por esa misma carretera. Su destino, el mismo que el de los dos coches, la revancha entre Los Ramones y Los Bingueros.

Lo que no sabían los 4 bingueros cuando llegaron a la pista, era que habían llegado de la misma forma que su coche, con las luces apagadas. Fran no podían sospechar en ese momento que acabaría la noche pateando porterías al grito de "¡es que hoy entra todo!", Felipe todavía creía que este partido era una buena oportunidad para dejar de ser un perdedor, mientras que Fidel no hubiera imaginado ni deseado que acabaría siendo el pichichi de su equipo. Eso por no hablar de David y de Ángel, el ciclista que fue recibido con el ya mítico 'viva el vino', y que después del repaso de Los Ramones anuncia que se retirará para dedicarse a jugar al dominó con el también jubilado Capitán Araña. Y eso que Los Ramones no necesitaron ni calentar. Llegaron a su pista con una sonrisa en la boca que no les abandonaría en toda la noche, y con la tranquilidad que les daban las dos banderas ya logradas. Además en el partido del Floridablanca ya habían demostrado como ganar a un equipo de abueletes. Corriendo mucho. Así que formaron la columna vertebral del equipo con los ya conocidos velocirraptores Ramón, Jorge y Luis, y mientras los dos primeros se dedicaron a acabar con Fran (¡seis goles de Ramón!), Luis demostraba su predilección por morder a los defensas para quitarles la pelota. Si además a este equipo le añades unas gotas de calidad (Juanma cuatro goles) y un buen portero que haya bendecido la portería con agua bendita (al menos cuatro palos recibió Víctor) el resultado está claro. Comenzó el partido con un 4-0 que lo dejó casi finiquitado. La defensa binguera era de mantequilla, cada perdida de balón era una ocasión clara de gol, y Fran hacía aún menos paradas que en el calentamiento (en donde le tiraron a oscuras). Fidel también parecía que seguía a oscuras, porque veía a los rivales pasar como fantasmas, y Ángel y David no llevaban el balón a la portería contraria ni cogiéndolo con la mano. Del 4-0 se pasó al 6-1, con un Ramón y un Juanma que veían la portería como si fuera de futbol, y un Fran que no se enteraba de nada y que con el balón en los pies tenía mas peligro que el Pato Abbondanzieri.

Sin embargo poco a poco el dominio ramoniano se fue diluyendo gracias a la mejora defensiva de los bingueros, y a que empezaron a trenzar jugadas de peligro. De ese manera llegaron tres goles seguidos que pusieron un emocionante 6-4 que, sin embargo, duraría poco. Ramón, quién si no, volvía a ganarle la partida a la defensa binguera y establecía el 7-4 que fue definitivo. Lo que vino después entra en la categoría de despelote. Momentos de portero-jugador en un equipo absolutamente negado de cara al gol que se iba diluyendo en su propia impotencia, mientras que al rival le daba vergüenza seguir chutando porque marcaba todo lo que tiraba. El resultado final, 11-5, no deja lugar a dudas.

Incidencias.

Partido disputado el 11 de Abril de 2008 a las 22:00 horas en La Ñora. Dado que, aparte de Ángel, el único jugador binguero que conocía la pista era David, y ya que su capacidad de orientación es la misma que la de un pollo mareado, hubo que llegar a la pista siguiendo el coche de Luis. Afortunadamente el trayecto era corto, porque ni Fran ni ninguno de sus acompañantes se enteraron de que iban sin las luces puestas. Ni siquiera el claro gesto que les hizo Ramón con la mano (el típico gesto de indicarte que llevas las luces apagadas y que inexplicablemente los muy empanados entendieron como una provocación) sirvió para que se enteraran. Donde tampoco había luces era en la pista, así que parte del calentamiento tuvo que hacerse a oscuras. A los pocos minutos se hizo la luz, aunque visto lo visto, mejor hubiera sido seguir sin ver nada. Y no lo decimos por el bochornoso partido binguero, sino a que antes de comenzar el partido, y cuando Fran acusó David de llevar una camiseta gris en lugar de blanca, el Capitán Araña se dio la vuelta, se echó mano a los pantalones, y al grito de 'esto sí que es blanco' mostró al mundo cierta parte de su anatomía que demuestra que efectivamente no toma el sol en tanga.

Durante el partido se produjo la lesión de Fran, al golpearse con el suelo justo en el hueso de la risa. Tras unos minutos de dolor pudo seguir jugando, por lo que ¿afortunadamente? podremos seguir viendole arrastrarse por las pistas disputando partidos contra chavales a los que tendrá que explicarles que él de pequeño veía el osito Misha. Algo que no pueden asegurar otros miembros del equipo, que al finalizar el partido se veían mas cerca del hogar del pensionista que otra cosa. Ángel anunciaba la retirada para este verano, David intuía que la suya está cerca pero que no la anunciará hasta que no se haya producido, y hasta el juvenil Felipe parecía dudar de su futuro como futbolista. Y es que lo de jugar al futbol se está poniendo cada vez mas difícil, sobre todo si al terminar te apagan las luces y te cierran las puertas. Así que mientras Jorge recordaba que "esto hay que ponerlo en las incidencias", y tras dar varias vueltas, subir, bajar, y hasta saltar una valla con una bicicleta en brazos, se encontró el sitio por donde salir. Un lugar donde había una celebración ("creo que hemos llegado a Ibiza" soltó Ángel) y donde un crecido Jorge intentó echar mas leña al fuego diciéndole a unos niños "meteos con esos que han perdido". Sin embargo, estaban tan hundidos Los Bingueros que ni reaccionaron a esa provocación. Ángel cogió su bicicleta y se marchó pedaleando mientras murmuraba entre dientes "déjeme en paz, déjeme vivir", mientras que el resto del equipo se introducía en el coche de Fran, momento en el que el anciano portero giró su cuello y les lanzó a los eufóricos Ramones una terrible profecia, "ya cumplireis los treinta..."