filisifonsos

Esto no es Halloween ¿o sí?. La tenebrosa actuación de Los Rápidos en el partido inaugural de la VII Liga Sevale hizo que este se recordara como un espanto, un horror. Así que teniendo que en cuenta que este segundo encuentro iba a disputarse la noche de Halloween, no era nada descartable que presenciáramos de nuevo un duelo terrorífico y siniestro. Sobre todo después de ver un comienzo realmente acongojante... En la primera jugada Fidel se quedaba solo delante del guardameta Ángel, pero horrorizaba a sus compañeros con un espantoso remate en el que apenas rozaba la pelota y la desplazaba unos centímetros. Poco después Luis finalizaba un contraataque con la frialdad de un vampiro, y adelantaba a su equipo en el marcador. La ventaja duró hasta que Fidel y Carlos causaron pavor a los amantes de los goles bonitos, consiguiendo introducir la pelota en la portería rival a trancas y barrancas. Aunque el gran susto se lo dio Ramón a sus compañeros cuando, poseído por el demonio (o por P

Nadia estaría orgullosa. No, que sepamos Nadia no es la novia de ninguno de los participantes en el primer partido del XV Trofeo McDonalds. Más que nada porque ninguno de ellos, a excepción del que esto escribe, había ni siquiera nacido cuando la mujer coleccionaba ya sus primeras medallas de oro en Juegos Olímpicos. Fue en 1976 cuando Nadia Comaneci sorprendió al mundo consiguiendo en gimnasia artística que los jueces valoraran nada menos que siete de sus ejercicios con un diez. Y unos cuantos dieces se merecieron también los jugadores de Los Prepago en este encuentro. Un diez en actitud, olvidando completamente la decepción de la semana pasada y aporreando continuamente la puerta de Ángel incluso después de que Fidel hubiera adelantado a los telefónicos aprovechando el despeje a un tiro de David. Un diez atrás, completando un ejercicio defensivo que a punto estuvo de llevarles a acabar imbatidos. Y un diez en juego, porque sin duda el equipo que más ocasiones creó para ganar fu

Los mercenarios marcan su territorio. Leyendo el titular de la crónica del primer partido de la VII Liga Sevale, a alguno se le puede venir a la mente la imagen de los jugadores del equipo denominado Los Mercenarios bajándose los pantalones y orinando cual perros en las cuatro esquinas de la pista 12. Y aunque de una forma literal no fue así, metafóricamente sí que se podría decir que es exactamente lo que pasó. Porque Los Rápidos, el equipo rival, no fue dueño de un solo centímetro de la cancha desde que el balón echó a rodar. El escuadrón mercenario, vestido de rojo, no contaba con portero, así que necesitaba que el balón circulase lo más lejos posible de su área. Para ello la mejor opción era presionar en toda la cancha y confiar en que su oponente no fuera capaz de superar esa presión. Y no lo fue. Perdido como si se encontrara en territorio ajeno, con dificultades para sacar el balón jugado en espacios reducidos y, tal y como anunciaba su irónico nombre, incapacitado para

Los Pimentones salen por la puerta grande. Último partido de feria y undécimo del XIV Trofeo McDonalds, éste en el que la cuadrilla pimentonera tenía claro que o salía a hombros o camino de la enfermería. Afortunadamente las noticias que llegaban de los toriles eran halagüeñas, el toro que estaba previsto lidiar era más bien un corderillo temeroso de su futuro en el albero. Su otrora poderosa cornamenta había desaparecido, y su máxima aspiración era conseguir un empate para lograr ser indultado durante una semana más. Y es que sin Carlos ni Álvaro, se reducía el número de cornadas que iban a poder soltar unos telefónicos que desde los primeros minutos fueron toreados por los de la muleta roja. A pesar de que Nico había abierto el marcador en un lance algo afortunado (despeje de Fran que rebotaba en el poste y de nuevo en el guardameta), Fidel embestía poco después una cornada contra el poste de Ángel para demostrar la bravura de los suyos. Pero Nico estaba generoso con los pases

Esto no es Hollywood. "Estamos en mitad del que puede ser el partido final para un equipo que prácticamente se ha dedicado toda la temporada a acumular derrotas. Sus aficionados ya no confian en ellos, y ni ellos mismos lo hacen. En su pensamiento está olvidarlo todo y encontrar acomodo en un equipo campeón de cara al próximo campeonato. Pese a todo, están consiguiendo un empate que les mantiene con vida una semana más, y que mantiene arriba una ilusión que se pondrá a prueba cuando su guardameta anuncie que, por lesión, no puede seguir jugando" "La solución parece una locura, pero es la única posible. Fichar a un espectador para que ocupe la portería. Un chaval con gafas es el elegido para convertirse en el salvador, o para ser testigo en primera fila del último partido del equipo. Todos creen que será lo segundo, como demuestra un rival que consigue dos goles de ventaja. Pero el espíritu se mantiene y el esfuerzo consigue transformar el 5-3 en un 5-5 que no durar

El sueño ya está al alcance de la mano. Hace apenas un par de semanas Los Prepago cedían un 9-9 en un partido que pocos minutos antes dominaban por tres goles. Pese a todo, ese resultado les situaba 5 a 3 por delante en el campeonato, por tanto a falta de ganar un partido de los tres siguientes para ser campeones. Así que ese lluvioso día, todos los telefónicos salieron pitando del Barnés dando por buena la igualada. Quién les iba a decir que tras la disputa del décimo partido del XIV Trofeo McDonalds estarían echando de menos ese medio punto perdido hace quince días. Porque Los Pimentones ya están aquí. Les han igualado y probablemente se han imbuido del espíritu de su último campeonato ganado, cuando vencieron cinco de los últimos seis partidos para levantar el trofeo de patatas fritas que nadie hubiera creído que podría ser suyo apenas un mes antes. Así que si alguien duda de que los colorados son ahora favoritos al título, es que no estuvo presente en el recital ofensivo que

Una mano histórica. Cuando el 11 de Octubre de 2008 Pedro Jiménez llegó al pabellón de Puente Tocinos, y decidió que en lugar de como jugador iba a participar en el quinto partido de la III Copa Polonio como portero, no sabía que estaba a punto de conseguir algo histórico. Y es que la victoria por 0-12 no iba a ser solo uno de esos partidos que quedan en el recuerdo, sino que el hecho de acabar el partido imbatido resultó toda una proeza. Ya no solo porque era la primera vez que ocurría, sino porque los años pasaban y nadie conseguía repetir otra imbatibilidad. Ya se podían dar partidos con pocos goles, o duelos totalmente desequilibrados, pero al final incluso el equipo que perdía conseguía el famoso gol del honor. Hasta que justo la víspera de que se cumpliera el sexto aniversario de la hazaña de Real Onez, el Equipo A, en el sexto partido de la VI Liga Sevale, iba a conseguir acabar el encuentro sin recoger el balón de la portería ni una sola vez, algo que hacía más de 350 pa

Aquí no hay quien marque. 'Aquí no hay quien viva' fue una de las comedias de mayor éxito desde su inicio en 2003 hasta su finalización en 2006, llegando a obtener un 40% de cuota de pantalla y siendo la serie más vista de la década en España. 'Aquí no hay quien marque' también fue una larga serie (de disparos a puerta) que supero el 90% (en cuota de ocasiones desactivadas) y gracias a la cual sus protagonistas (los pimentoneros) alcanzaron un gran éxito (llevarse el noveno partido del XIV Trofeo McDonalds). Y no acaban aquí las coincidencias. Aunque ambas series se caracterizaban por un reparto coral, con un protagonismo repartido, hay que reconocer que buena parte de su éxito se basaba en la figura del portero. Y es que al igual que Fernando Tejero con su escoba, Ángel (p) se dedicó a barrer de su puerta todo aquello que fuera susceptible de ser un peligro. No tardó mucho Nico en aparecer en escena para soltar su primer gag, un disparo entre las piernas de Car

¡Trata de arrancarlo! El rally de Gran Bretaña de 1998 era la última prueba del Mundial y la que decidiría el campeón. Tommi Makinen llegaba con ventaja a la cita, pero en la primera jornada destrozaba una rueda y se veía obligado a abandonar, lo que dejaba el título en bandeja a un Carlos Sainz que solo necesitaba acabar cuarto. Sainz, bicampeón en 1990 y 1992, necesitaba ese campeonato para dejar atrás seis años plagados de mala suerte, y para volver a convertirse en un piloto ganador. Pero tras 380 kilómetros recorridos sin ninguna incidencia, y a falta de solo 500 metros para conseguir su objetivo, su Toyota Corolla se paró, y el título de campeón del mundo se esfumó. Nunca volvería a ganar otro. "¡Trata de arrancarlo!" gritaba su desesperado copiloto Luis Moya en aquel trascendental momento. Grito que, unos cuantos años después, comienzan a necesitar unos chuletones que, tras su derrota en el quinto partido de la VI Liga Sevale, se encuentran también en un momen