Redes Primavera 2008. Jornada 9

Al fin se rompió la maldición de la camiseta.

El 24 de Abril de 2008, pasadas las ocho y media de la tarde, tres individuos salieron de la tienda de deportes Decathlon con una bolsa de plástico en las manos. Tras llegar a su vehículo estacionado en el parking, abrieron el maletero para dejar la bolsa, pero antes de hacerlo extrajeron su contenido para verificar que estaba todo correcto. Con agrado comprobaron que el material entregado había superado sus expectativas, tras lo cual se montaron en sus coches y se dirigieron a La Ñora, donde realizarían la entrega de la mercancía a sus compañeros. Sin embargo, lo que no sabían, es que con ello estaban portando la maléfica (y chula) prenda que acabaría con las esperanzas de lograr una buena clasificación en el campeonato Redes, ¡la camisetaaaaa!.

Porque hasta ese día las cosas estaban yendo bien. Se habían ganado dos partidos y solo se había perdido ante Tomataos, dando buena imagen, y ante los lideres Daju, por un ajustadísimo 1-2. El rival que les esperaba el siguiente fin de semana no era en principio temible, los llamados Ana-Javier que solo llevaban tres puntos y parecían una víctima fácil, pero en ese partido del estreno de camisetas se produjo la debacle. Y prosiguió la racha hasta acumular cuatro derrotas que hundieron a los fili en la clasificación. Con esto se llegaba a la última jornada, en la que Calaveras tenían asignado el papel de animadores de la fiesta que serviría para la redención de la camiseta. Había que ganar además para tener aún posibilidades de acabar en sexta posición, y ya de paso para coger un poco de moral de cara al partido de octavos de final.

El problema es que algunos celebraron la fiesta con antelación. Y no lo decimos por Dani y Jorge, que venían de una boda aunque a pesar de todo no llegaron demasiado perjudicados, sino porque el espíritu 'viva el vino' estaba presente en la pista y allí la gente empezaba a servirse las copas antes de haber marcado siquiera el primer gol. Lo cierto es que los calaveras tenían menos presencia en el campo que Raúl en la selección, por lo que tampoco había que preocuparse, pero la relajación era patente. La señal de alarma pudo llegar cuando una jugada rival acababa con un disparo que no fue gol gracias a la buena estirada de Fran, que desvió con su mano a corner, pero la música seguía puesta y no era plan de aguar la fiesta a nadie por una minucia. Hasta que en un momento dado un jugador calavera llegó hasta la línea de fondo y disparó entre las piernas de un Fran que solo acertó a desviar el balón al interior de su portería. Ese momento fue como si Lopera hubiera llegado a la fiesta de Halloween de Benjamín. La música se paró, algunos jugadores echaron a correr en busca de sus pantalones (luego hablaremos de eso), otros intentaron escapar por las ventanas, y mientras tanto los invitados calaveras disfrutando del caótico espéctaculo y deseando que el partido acabara. Afortunadamente quedaba mucho tiempo, y los fili, a pesar de su tasa de alcohol en la sangre, avasallaban la portería de un rival que se sabía tan inferior que hasta sus jugadores regañaban al que intentaba hacer un regate. Pero pasaban el tiempo, las oportunidades se desperdiciaban, y seguía el 0-1. Hasta que Dani, a falta de un minuto, lograba el empate con un fuerte disparo. Ahí se acabaron las esperanzas de un rival que se vio superado en la segunda mitad. Los cinco goles que le cayeron sirvieron para que Felipe, Dani y Nico se destacaran como pichichis, y para que Jorge marcara su primer gol fili. Y para que la música volviera a sonar y los jugadores disfrutaran por fin en este campeonato. Lástima que justo cuando Fran se acercó a tomarse algo para celebrarlo le cayera un gol de vaselina desde el centro del campo. Parece mentira que no sepa que un portero es el que tiene que trabajar mientras los demás están de fiesta...

Incidencias.

Partido disputado el 24 de Mayo de 2008 a las 22:00 horas en la pista 13 del Barnés. Dos espectadores, Fran y Alfonso (de Tomataos), presenciaron el partido. A pesar de que no era segura su participación, Dani y Jorge acudieron a jugar, lo que les permitió además practicar una de sus grandes aficiones. No, no nos referimos a la acampada sino a debatir tras el partido con los árbitros. Que si la falta no se puede sacar hasta que no se cuentan los pasos, que si cuando te expulsan un jugador tienes que jugar con tres salvo si juegas en primera regional, que si los cuatro segundos al portero no se pitan cuando no tienes el balón, etc... En vista de la afición arbitral de la mayoría de los jugadores fili, esta página se está planteando crear una nueva sección dedicada a comentar el reglamento del futbol sala. Se barajan títulos como 'penalti y expulsión', 'manos arriba, esto es un atraco', 'el reglamento me importa un pimiento', o '¡arbitro cabrón!'. Tras el debate arbitral llegó el momento de comprobar la clasificación final. La victoria fili daba la posibilidad de acabar sextos si Chikilicuatre derrotaba a Ana-Javier, pero como era la noche de Eurovisión, a los primeros les faltaba un jugador (imaginamos que el que estaba en Serbia actuando), y finalmente acabamos séptimos por la victoria de Ana-Javier.

Y aunque esta crónica puede batir records de longitud (ya que no hay calidad que haya cantidad), hay que hablar del tema que queda pendiente de explicar. La historia comienza cuando Pablo recibe un SMS de un compañero pidiéndole que le lleve al campo una cosa que va a necesitar. Este, extrañado, prepara lo que le han pedido y se dirige a la pista con cara sorprendida. Mientras esto ocurría, alguno de los jugadores fili se había tomado tan en serio el gafe de la camiseta que decidía desterrar todas las prendas anteriormente usadas y dirigirse a la pista con una camiseta azul oscura con el escudo de la policia (de los G.E.O. nada más y nada menos). Imaginamos que lo hizo para impresionar a los rivales, aunque seguro que lo que lo más les impresionó fue que antes de comenzar el encuentro este jugador, en medio de la pista, se bajase los pantalones largos y, en calzoncillos, extendiera su mano para coger el preciado botín que Pablo acababa de sacar de su mochila. Unos pantalones cortos que, eso sí, se comprometió a devolverle lo antes posible. Ramón, ¿tu crees que se los devolverá?...