IX Liga Sevale. Partido 3
El equipo negro arranca al fin
Si había un equipo que tenía la presión de ganar el tercer partido de la IX Liga Sevale, ese era Jurassic Club. Los oscuros seguían con su marcador de victorias a cero y, en caso de derrota, su rival se haría con su tercer punto dentro de un campeonato disputado a siete. Además esta vez estaban casi obligados a ganar teniendo en cuenta que, debido a los refuerzos adquiridos, el cartel de favorito colgaba claramente de sus cuellos.Y es que para empujar a un equipo que no había arrancado aún en el campeonato, los jurásicos iban a contar con las fuerzas de conocidos como Juanba y Juan Carlos, y también con un Álvaro que tenía ganas de quitarse el mono de fútbol sala, algo que no tardó mucho en hacer con goles que ayudaron a que el marcador reflejara a los pocos minutos un 3-0 que no presagiaba nada bueno para unos blancos que casi no se habían acercado por la portería rival.
Y aunque poco a poco lo fueron haciendo, les faltaba el éxito goleador necesario para alterar un resultado que se mantenía invariable durante bastantes minutos, también por el bajón de unos jurásicos que, para cuando se quisieron dar cuenta, estaban siendo dominados. Qué mejor prueba de ello que esos dos goles que finalmente establecieron un 3-2 que metió a los pumas en el partido para no volver a salir de él. Los carteles de favoritos habían pasado a ser ya papel mojado y ambos equipos intercambiaban golpes con tanta intensidad como baja eficiencia goleadora, aunque siempre con ventaja para los amantes de los dinosaurios.
Porque aunque Pumas United llegó a empatar a cuatro gracias al hattrick de Nico, ese resultado seguía siendo favorable a unos jurásicos que, con un pequeño apretón, volvían a retomar una mínima ventaja (6-4). Ventaja que Felipe reduciría a la mínima expresión antes de que el equipo felino pasara a utilizar el portero-jugador. Lástima que el señor Miñarro no estuviera tan acertado en esa faceta y se aprovechara de ello Juanba para establecer desde su campo el 7-5 que se convertiría en definitivo una vez que las luces del Barnés fundieran a negro.
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