IV Liga Sevale. Partido 7
Distinto collar, pero el mismo perro.
Si cada uno de los invitados que ha venido a jugar los viernes hubiera pagado un euro al finalizar el partido, probablemente ya tendríamos dinero suficiente como para pagar la pista del año que viene. Vale, es una exageración, pero para comprar unos cuantos balones sí que habría de sobra. Y para comprobar como los jugadores habituales dejan su sitio a temporeros deseosos de aprovechar su oportunidad no hay que irse muy lejos, porque en este séptimo partido de la IV Liga Sevale encontramos (o mejor dicho, echamos en falta) a cinco de los que allá por Septiembre eran considerados fijos.Una situación especialmente anómala en Los Mandíbulas, un equipo que en todos los partidos de este campeonato ha necesitado reforzarse, bien con uno, bien con dos, o incluso con tres jugadores extra. Como en esta ocasión, en que solo David y Fran eran jugadores pata negra.
Sin embargo el cambiar de alineaciones como de calzoncillos no había repercutido nada en el rendimiento del equipo oscuro, dominador del campeonato, y en los primeros minutos de este duelo se mantenía esa sensación. El nuevo (Carlos H), el seminuevo (Ángel II) y el viejo conocido (Carlos II) se integraban de maravilla (3-0) aunque Paparaxotes creaba situaciones de peligro a través de un Nico que no le encontraba el hueco a Fran.
Cuando lo hizo (3-2) comenzó un nuevo partido mucho más abierto en el que los oscuros tuvieron que sacar la máquina de hacer goles para hacer frente al señor Miñarro. Y es que los galaico-murcianos, a los que servía el empate, no se despegaban en el marcador, llegándose con 7-5 a unos minutos finales en los que los blancos pasaron a presionar arriba. Esto aumentó las pérdidas de balón pero también los espacios para los ataques mandibuleros, dando lugar a un partido aún más interesante. Sin embargo las oportunidades no se convertían y daba la sensación de que el que marcara se llevaría el duelo, como así fue. Los Mandíbulas veían puerta y después sentenciaban (9-5) demostrando ser un equipo que, por mucho que cambie de alineación, es un perro ganador (6-1 el campeonato).
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