XIX Trofeo McDonalds. Partido 4
El pimentón rojo también te da alas.
Antes de existir como marca comercial en Tailandia, la Krating Daen, bebida en la que se basó Dietrich Mateschitz para crear su Red Bull, era utilizada durante la Segunda Guerra Mundial por los pilotos japoneses. De ahí se cree que proviene el conocido eslogan “Red Bull te da alas”, una de las claves del éxito del producto, pero también motivo de una demanda por publicidad engañosa que le ha costado a la compañía 13 millones de dolares. Así que para evitar posibles demandas por el titular engañoso, antes de continuar habrá que aclarar que si la bebida del toro rojo no provoca que te salgan alas en la espalda, tampoco lo provoca el formar parte del equipo del pimentón rojo, aunque desde luego ayuda a ganar encuentros como el cuarto partido del XIX Trofeo McDonalds.Un duelo al que no le hubiera venido nada mal un trago de la famosa bebida energética para activarse, especialmente en unos primeros minutos en los que casi tenía más protagonismo la cantidad de aire del balón, o el estado físico de un Nico aquejado de molestias, que lo ocurrido en el terreno de juego, pese a que Carrillo había deleitado dejando sentado a medio equipo rival en el gol que suponía el 1-1.
Solo faltaba que Nico tuviera que colocarse como portero y que Ángel saliera a jugar para que el partido acabara de enfriarse. Y es que pese a que el señor Miñarro salvo un gol en la primera ocasión que recibió, nada pudo hacer en la siguiente para evitar que Carlos estableciera el 2-1, tanto que para los telefónicos podía ser el preludio de una goleada si los pimentoneros no recuperaban su configuración original.
Por fortuna para el espectáculo, Nico no tardaría ni un segundo a volver a la punta del ataque para acompañar a un Carrillo que iba a echarse la responsabilidad ofensiva a las espaldas. Primero finalizando una ofensiva en la que hubo hasta tres disparos a puerta consecutivos, y después robando la cartera a Pedro para establecer el 2-3, un gol muy importante en un partido de tanteo bajo y de gran igualdad. El peligro rondaba con la misma frecuencia ambas porterías y ningún contendiente lograba más de gol de ventaja. Estaba casi predestinado que el siguiente tanto sería telefónico, como así fue, pero faltaba por saber quién rompería el 3-3. No hubo sorpresas. Carrillo, el hombre que llevaba toda la noche batiendo la portería de Fran, batiría las alas como en un anuncio de Red Bull, para lograr el gol de la victoria. Un mal trago para unos prepaguianos a los que este 4-3 les causó el mismo efecto que la bebida del toro rojo, quitarles el sueño. Porque con este resultado los pimentoneros recuperan su desventaja y les vuelven a alcanzar en el campeonato.