VII Liga Sevale. Partido 1
Los mercenarios marcan su territorio.
Leyendo el titular de la crónica del primer partido de la VII Liga Sevale, a alguno se le puede venir a la mente la imagen de los jugadores del equipo denominado Los Mercenarios bajándose los pantalones y orinando cual perros en las cuatro esquinas de la pista 12. Y aunque de una forma literal no fue así, metafóricamente sí que se podría decir que es exactamente lo que pasó.Porque Los Rápidos, el equipo rival, no fue dueño de un solo centímetro de la cancha desde que el balón echó a rodar. El escuadrón mercenario, vestido de rojo, no contaba con portero, así que necesitaba que el balón circulase lo más lejos posible de su área. Para ello la mejor opción era presionar en toda la cancha y confiar en que su oponente no fuera capaz de superar esa presión.
Y no lo fue. Perdido como si se encontrara en territorio ajeno, con dificultades para sacar el balón jugado en espacios reducidos y, tal y como anunciaba su irónico nombre, incapacitado para armar contraataques veloces, solo era cuestión de tiempo que los primeros goles rojos empezaran a caer. Fueron tres los que cayeron inicialmente, mientras que a Los Rápidos les quedaba únicamente la opción de unos tiros lejanos que no llevaban peligro. Sin embargo el 3-0 se petrificó durante tantos minutos que los de David acabaron encontrando la fórmula del gol, y aprovecharon sus mejores momentos para igualar el duelo (3-3).
Lo que menos podían imaginar es que una vez neutralizada la amenaza que tenían enfrente, fuera por su espalda por donde perderían el partido. En dos nefastos minutos su guardameta Fran le daba un puñetazo al aire y hacía con los pies un Busquets padre que tiraba por tierra el trabajo (5-3), y daba aire a un Ramón que con los pulmones llenos se iría hasta los cinco goles, mientras que Los Rápidos se quedarían en cuatro (5-4) toda vez que el portero jugador no solo no les hizo empatar sino que fue el principio del fin (8-4).
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