X Trofeo McDonalds. Partido 3
Los Prepago se ahogan en la bañera.
El tercer partido del X Trofeo McDonalds comienza con el sonido de un grifo girándose (1-0). A continuación, el sonido que se escucha es el del agua correr (2-0). Poco después el chorro se detiene y vuelve el cric,cric del grifo cerrándose (3-0). Se perciben también unas voces, es un equipo de fútbol invitando a otro a entrar en la bañera que acaba de llenar, algo que éste acepta sin oposición (4-0). Es más, de forma absolutamente relajada introduce todo su cuerpo, cabeza incluída, bajo la superficie del agua, quizá pensando que cuando emerja le esperará una esponja frotándole la espalda (5-0). Pero es una mano apretando su cuello lo que Los Prepago, que así se llama el equipo, perciben mientras son conscientes de que su final está cerca...glup...glup...glup (6-0).Sólo había transcurrido medio partido y lo que estaba ocurriendo en la pista no era un simple baño, que de esos muchos se han visto en el Trofeo McDonalds, era algo más. Porque no se trataba sólo de un equipo en estado de gracia y otro teniendo un mal día, sino un fin de ciclo en toda regla, un conjunto siendo llevado al borde de la dimisión, a punto de despeñarse por el barranco de la desesperación, todo ello mientras que Ramón y compañía dominaban desde el último centímetro de pista hasta las mentes de unos telefónicos en estado comatoso.
Pero, confiada en su superioridad, la mano pimentonera relajó su presión y por la garganta prepaguiana entró el oxígeno suficiente como para comenzar a bracear dentro del agua (6-1). Como para sujetar a Los Pimentones y meterlos también en la bañera (6-2). Para liberarse de la mano ahogadora y poder respirar con libertad (6-3). Incluso hasta para agarrar el cuello de su rival y hacerle pensar que ahora es él el que iba a sufrir (6-4)...
Pero un golpe con la alcachofa de la ducha volvió a dejar las cosas en su sitio, a los prepaguianos semi-incoscientes en la bañera (7-4) y a Los Pimentones recuperándose del susto y secándose la ropa antes de finiquitar el partido (8-4) y a un rival que, pese a que en el campeonato queda sólo un partido abajo, toca fondo.
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