IX Trofeo McDonalds. Partido 5
Carlos sentencia en el último segundo.
"El balón será para el equipo de Los Prepago que sacarán de fondo. Estamos en la última jugada y con empate en el marcador. Si los azules anotan se llevan el partido, pero quedan apenas diez segundos. El balón le llega rápidamente a Carlos, sus compañeros le van a hacer un aclarado para que se la juegue. Está de espaldas y marcado por un defensor, pero quedan menos de cinco segundos y se la tiene que jugar. Ojo a la finta, se marcha de su par, puede anotaaaar... ¡dentro!. ¡Acaba el partido y victoria para Los Prepago en el último segundo!".No costaría mucho imaginar a nuestro comentarista favorito de baloncesto, llámase Héctor Quiroga, Pedro Barthe, Ramón Trecet, Andrés Montes, Antoni Daimiel, Arsenio Cañadas o incluso Esteban Gómez, retransmitiendo esa última jugada del quinto partido del IX Trofeo McDonalds, pero que no cunda el pánico entre los que no estuvieron presentes. Por muy baloncestístico que haya parecido ese final, y por mucho que Ángel se dedicara en la previa a botar su odiado balón rojo al estilo Magic Johnson ("¿os acordais de cuando jugábamos en la universidad de Utah?"), cuando los ausentes vuelvan a jugar no se encontrarán esquivando los tapones de Alberto o luchando los rebotes con Kike. No hemos cambiado de deporte, seguimos con el fútbol, con el que se nos da bien.
Y con el que nos proporciona partidos interesantes y, por fin, igualados. Los telefónicos venían de una crisis de tres derrotas consecutivas y ni siquiera acumular una ventaja considerable en el marcador (1-4) les dio tranquilidad. Lógico, cuando las dos semanas anteriores se habían encontrado también en ventaja y al final el bizcocho se les había acabado hundiendo.
Ramón y compañía lo sabían, sabían también que ellos estaban jugando mucho mejor de lo que indicaba el marcador, y veían que el partido cada vez iba más hacia unos derroteros verticales, tal y como a ellos les gusta. Y así los azules, que no superion o no quisieron rebajar la intensidad, se encontraron en apenas dos minutos con una situación conocida, con la ventaja reducida a la mínima expresión (3-4) y un rival remontando y envalentonado. Cuando los pimentoneros empataron a cuatro nadie podía negar que ese era el resultado más justo. Así que si esto hubiera sido un juicio ese empate habría sido el resultado y nadie recordaría este partido. Pero por suerte esto es fútbol y ni los telefónicos olvidarán esa jugada de Carlos marcando justo cuando entraban los de la siguiente hora, ni los colorados ese penalti que Nico volvió a estrellar en el larguero cuando su equipo remontaba...
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