III Trofeo McDonalds. Partido 1
Los pimentones se comen el primer whopper
Tranquilos, no hay ninguna confusión. No es que ahora nos patrocine Burger King (aunque escuchamos ofertas) ni que el hecho de que el último balón McDonalds haya salido defectuoso nos haya llevado a odiar el Big Mac. Es simplemente que para este partido faltaron muchos de los ingredientes habituales de esa hamburguesa que nos cenamos todos los Lunes. Por allí no estuvo ni Ángel, ni Berni (esguince), ni Carlos (otro esguince), Alberto sólo como espectador (tobillo), y Ramón (abductor), que hizo acto de presencia para recordar, porque aquello no lo parecía, que lo que estaba a punto de comenzar era el primer partido del III Trofeo McDonalds.Pero claro, con los dos máximos goleadores de Los Pimentones en la grada, la ausencia en Los Prepago de su pichichi Carlos, y un David que no contaba con su mejor socio en el ataque (Ángel), estaba claro que la cotización de los goles iba a ser muy elevada. Porque además los porteros tampoco dieron muchas facilidades, especialmente un Jose que clavó un partido perfecto y sólo acabó encajando un gol cuando el encuentro agonizaba.
Y eso que, a pesar de que ambas maquinarias lucían piezas nuevas, en ninguna de las escuadras se notó excesivamente, y menos aún en unos colorados que, cierto es, contaron con la fortuna de que Fidel no pudiera evitar desviar hacia su portería un tiro de Alfonso que se marchaba junto al poste (1-0). Y dado que los que iban a tener que remar con ese resultado eran los azules, los pimentoneros se pusieron las pantuflas, se tumbaron en el sofá, y estiraron ese 1-0 como si fuera un chicle, a la espera de convertir alguna de sus oportunidades en la sentencia. Su rival lo intentó a través de la posesión e incluso de la presión, pero no tuvo fortuna ni con los postes.
Y llegó un momento, ya cercano al final, en que Jesús recogió en el área un saque de banda, se escabulló, y asestó el hachazo que desangraba el duelo. Con el poco tiempo que quedaba iba a ser difícil refutar la teoría de Kike de que juntar tres jugadores tan iguales (él, Pablo y Fidel) reducía el potencial ofensivo telefónico, y aunque lo intentaron hasta con portero-jugador, esto sólo sirvió para que Fran regalara el tercero. Al menos David pudo a continuación reivindicarse, y reivindicar un resultado más justo para el buen juego demostrado por ambos equipos. Eso sí, el verdaderamente contento debe ser Ramón, que vio como sus pupilos dieron la talla y toman la delantera en el campeonato.
Comentarios
Si no hay movimiento mañana a estas horas no reservo pista. Suena muy radical, pero es que no quiero repetir lo del Viernes pasado.