II Trofeo McDonalds. Partido 5

No retes a un pimentón a correr.

Los primeros minutos del quinto partido del II Trofeo McDonalds no fueron demasiado relevantes ya que no fue hasta el 3-3 cuando empezó lo realmente interesante...bueno...vale, lo admito. Por una vez esta no será una crónica impersonal sobre lo ocurrido en el terreno de juego, sino que hablaré en primera persona sobre cómo lo viví. Y lo primero que tengo que reconocer es que no puedo hablar de lo transcurrido en la primera media hora por el simple hecho de que no estaba allí porque no iba a jugar.

Y aunque aparecí por la pista a las 20:30, de la segunda mitad tampoco puedo aportar mucho, ya que la pasé charlando con cada uno de los jugadores rojos que daban el relevo en la banda. Dad gracias a que al menos me informé de quién era el talentoso jugador desconocido que actuaba en Los Prepago, y de que pude averiguar que él fue el motivo por el que Fidel actuó, totalmente entregado a la causa, con la camiseta roja (para evitar que el equipo sin portero fuera el de 6 componentes)

El caso es que también saqué tiempo para capturar algunas instantáneas de este correcalles en el que Los Pimentones nadaron como pez en el agua ante un rival no acostumbrado a nadar sin portero-flotador, así que, tal y como solicitó Kike al terminar el duelo, por una vez no habrá crónica, aunque cuando vea la calidad de las fotografías que la sustituyen lo mismo se arrepiente...mejor sigo como portero que como cronista y fotógrafo, ¿no?.

Incidencias.

Partido disputado el 6 de Febrero de 2012 a las 20:00 horas en la pista 11 del Barnés. Del prepartido no pude obtener ninguna información, y de los primeros minutos informaciones sin confirmar me aseguran que Alberto lanzó disparos a cada uno de los 3 palos de la portería rival (bueno, me lo dijo el propio Alberto).

Del post-partido sí que puedo dar la exclusiva de que David fue recogido en coche nada más acabar el partido por su madre, además de anunciar su ausencia para el próximo Viernes, lo que alimentó los rumores de que quizá estaba castigado por malas notas. El otro titular es que Ramón no tuvo el menor empacho en reconocerle a Fidel cuando se despedía que le había gustado jugar con él. ¿Acaso hemos estado buscando el topo en el lugar equivocado?...