V SuperDuelo. Partido 5

El Ferrari rojo también carbura con Nico.

El 1 de Julio de este año que ya termina Nico jugaba su último partido de SuperDuelo con una derrota ante Circo Aragonés. Ese resultado dejaba el III SuperDuelo (los dos anteriores se los habían repartido hematíes y aragonesistas) con un igualado 2-1. Pasados 6 meses, Glóbulos Rojos se había convertido un una máquina de ganar, un bólido imparable que se había llevado finalmente el III SuperDuelo (5,5-3,5), que había arrasado en el siguiente (5-2), y que en este V SuperDuelo también llevaba ventaja (2,5-1,5). La única incertidumbre que se cernía sobre los jugadores hematíes era saber si el regreso de Nico a su alineación alteraría la dinámica ganadora.

Pero solo se necesitaron 5 minutos para saber que el "portugues" no había descuidado su forma en estos meses. Tan incisivo (y generoso) como el resto de sus compañeros, nuestro capitán no tuvo que escuchar ni una sola vez ese famoso "Nico pásala", y su compenetración con sus ex fue aún mejor que en los viejos tiempos. Circo Aragonés rapidamente se dió cuenta de ello e intentó conseguir el dominio de la pelota, pero sus componentes no pudieron evitar que Alberto, que se crece jugando en una pista grande, fuera capaz de dejar sentados a dos jugadores y de anticiparse a Fran para marcar el 0-1 con su larga extremidad inferior (la pierna, malpensados).

Esto no alteró el planteamiento de los aragonesistas que, si bien es cierto que no terminaban de estar acertados en el pase, si que estuvieron lo suficientemente rápidos para montar un gran contraataque Jimenil que restablecía la igualada (1-1). Aún así eran los de Ramón los que tenían más facilidad para probar al guardameta contrario, y así fue como en una rápida jugada de contraataque llego el tanto del capitán rojo (1-2). Este gol tampocó desmontó a los azules, pero sí el siguiente (y afortunado) tanto globulino, en un trallazo de Nico sin ángulo cuyo destino era la banda contraria, pero que el rinón de Alberto, que pasaba por allí (Alberto, no el riñon), convertía en el 1-3. A partir de ahí los circenses tuvieron que irse para arriba y esto provocó que Alberto y Nico tuvieran más espacios para aprovechar esos balones recuperados y suministrados por Ramón y Jorge. Al final los 4 hematíes, a los que les salía todo lo que intentaban, se repartieron generósamente el placer de batir con facilidad la portería rival, mientras que los azules, abandonados por la fortuna, tuvieron que sufrir (que se lo digan a la extremidad inferior de Peri, y en este caso no hablamos de la pierna) para finalmente batir en 3 ocasiones más a un seguro Jose en la portería. En cualquier caso el 4-9 final fue justo e inapelablemente...inapelable, que diría el desaparecido Joseph Blatter Jr.

Incidencias.

Partido disputado el 26 de Diciembre de 2009 a las 16:00 horas en el pabellón de San Basilio. En su afán por visitar todos los pistas deportivas de la ciudad, y teniendo en cuenta la posibilidad de que hubiera lluvia, este grupo de jugadores decidió desplazarse a un pabellón que aún no hubieran visitado, en una gira que como todo el mundo sabe finalizará, como no podría ser de otra manera, con un partido-homenaje a Alfonso en el mítico pabellón de Aljucer.

Por lo que respecta al regreso de Nico poco más se puede reseñar que lo estrictamente deportivo, ya que llegó con el tiempo justo para cambiarse de ropa, jugar el partido, y justo a las 17:00 salir hacia las duchas y marcharse. Dado que el resto de los jugadores querían seguir jugando y nadie venía a ocupar la pista, a Nico se le sustituyó por un chaval que estaba esperando a sus ¿amigos?, y así transcurrió una pachanga de 10 minutos que fue inexplicablemnte interrumpida por la conserje (será que no habíamos pagado para desgastar tanto el suelo). Con el juego finalizado, y tras la habitual mini tertulia, todos los jugadores se dispusieron a pagar y marcharse... ¿todos?. No, todos no, ya que media hora después de la hora prevista, y con una organización digna de Dimitri, aparecieron por ahí los amigos del chaval para jugar, pero eran solo 7, ni siquiera tenían balón, y tampoco estaba muy claro que tuvieran dinero (la conserje decía que si no pagaban llamaba a la policía). A pesar de que, por edad, algunos de los presentes podrían ser sus padres, los chavales no se cortaron en pedirles insisténtemente que tres de ellos se quedaran a jugar. Al final consiguieron que tito Alberto (y su balón) se quedara con ellos, aunque lo que ya desconocemos son los goles que marcó (les sacaba 30 o 40 centímetros a todos), si al final alguien pagó la pista, y cual es ahora el paradero del balón. Esperamos informar en breve.