Redes Primavera 2009. Semifinales

Filisifonsos se despiden con la cabeza bien alta.

Admitámoslo. Había un ínfimo número de posibilidades de que Filisifonsos pasaran a la final del campeonato Redes. El haberlo logrado habría sido la mayor sorpresa de la historia de esta competición. Pero a pesar de ello, antes de empezar el partido nuestros jugadores tenían una cosa muy clara en sus cabezas. Tenían que demostrarse a si mismos que eran capaces de plantarles cara a un equipo de nivel, con jugadores federados, y que en teoría era uno de los dos mejores del campeonato. Poco importaba la forma en que hubieran llegado hasta esas semifinales. El día anterior no habían sido capaces de dar todo lo que llevaban dentro, pero el destino les había dado la oportunidad de resarcirse.

Y no dejaron escapar la ocasión de comenzar el partido con una demostración de colocación, garra y saber estar. La manifiesta superioridad del equipo rival solo le servía para monopolizar la posesión de la pelota, pero sus interminables jugadas raramente finalizaban en algo mínimamente peligroso para la portería fili. Se había disputado ya media primera parte y los nuestros incluso se habían atrevido a llegar a la meta contraria mayoritariamente con tiros lejanos. Aún quedaba mucho partido por delante, pero si se seguía jugando con ese nivel de intensidad y concentración, se le podían poner las cosas difíciles a Los Mendoza. Sin embargo, en un balón suelto que dos defensores fili no se decidieron a despejar, un jugador contrario se anticipaba con la fortuna de que su no demasiado peligroso disparo era punteado por Felipe lo justo para que pasara por entre las piernas de un sorprendido Fran.

Y lo peor es que poco después otro desajuste defensivo era aprovechado nuevamente por Los Mendoza para subir el 0-2 al marcador. El tiempo muerto solicitado por los fili sirvió al menos para que estos no perdieran la concentración y recuperaran la actitud defensiva de los primeros minutos, y fruto de ello el marcador no se movió hasta que el colegiado decretó el descanso. En cualquier otro partido del campeonato una primera parte de este nivel habría servido a los fili para ir ganando o como mínimo empatando, pero esto eran unas semifinales y cada error equivalía a recibir un gol. Así que a pesar de que lo normal en estos casos hubiera sido presionar arriba desde el primer minuto, en este caso se decidió seguir manteniendo la misma táctica. Desgraciadamente la diferencia de calidad y de físico (Fidel no estaba y Peri jugaba limitado por la lesión) acabó imponiendose y llevando el marcador hasta el 0-4. Fue ese el momento en que Felipe obtenía la recompensa a su (nuestro) buen partido logrando el gol de honor. El partido era irremontable, pero el 1-4 daba la posibilidad de finalizar con un resultado honroso, porque los nuestros conseguían llegar de vez en cuando al área rival. Desgraciadamente volvieron a llegar los minutos de descontrol y con ellos tres nuevos goles de Los Mendoza (de nuevo Nico se olvidó del partido para ir a preocuparse por el estado físico de un jugador mientras sus compañeros sacaban de banda y nos clavaban un tanto), de discusiones entre algunos jugadores y de bajada de brazos por el hecho de que el duelo estaba perdido. Todo ello supuso que Fran, que no había estado demasiado acertado con los saques, se resarciese evitando (hasta con la cara) que el marcador se disparara hasta una ventaja escandalosa. Afortunadamente no fue así, nuestros jugadores recuperaron el espíritu en los minutos finales, y hasta se permitieron trenzar la mejor jugada del partido para que Alberto, a placer, lograra un segundo gol que cerró un marcador que por los méritos realizados no mereció ser tan abultado. A pesar de todo, hablamos de una derrota que da prestigio, otorga confianza para el futuro, y pasará a la historia como el encuentro mas importante que haya disputado nunca este club. Es para sentirse orgulloso de lo logrado en este campeonato.

Incidencias.

Partido disputado el 23 de Mayo de 2009 a las 21:00 horas en la pista 12 del Barnés con abundante público rival. La disputa del mismo estuvo en el aire hasta unos pocos minutos antes de la hora de comienzo. Durante toda la tarde la amenaza de lluvia había sido constante. Breves chaparrones habían ido produciendose cada cierto tiempo hasta el punto de que Nico contactó con Cerezo para conocer si la jornada se suspendía o no. Hasta media hora antes del inicio no se iba a saber si Filisifonsos podrían disputar las primeras semifinales de su historia, ya que si la jornada se aplazaba los que jugarían posteriormente serían Los Mataos.

Sin embargo la climatología se portó, así que solo quedaba esperar que Los Mataos no aparecieran por la pista para jugar el partido. Faltaban cinco minutos para las nueve y Nico tampoco estaba por allí, pero sí Alberto que tras hablar con los árbitros regresaba para contar a sus compañeros que iban a poder jugar el partido mientras, por la carretera, llegaba Nico con su vehículo de bajo consumo. Solo faltaba que llegaran los Jiménez y que supiéramos en qué pista tocaba jugar. Cumplido lo primero y descartado que fuera en la pista 13 (de donde nos echaron unos chavales) había que ver dónde nos veríamos con AEK. Hasta que la duda quedó resuelta, era en la pista 12, donde sin embargo nadie reconocía a los jugadores de AEK. A alguno le pareció creer que el equipo que calentaba enfrente era Dream Team (¿?), hasta que se aclaró que se trataba de Los Mendoza, momento que aprovechó Nico para presentar su táctica. Tras intentar convencer a sus compañeros (con poco éxito) de que había que salir "a presionar arriba", decidió que lo mejor era "ver primero como son", lo cual parecía un contrasentido cuando estaba más que claro que eran bastante mejores que nosotros. Sin embargo, cuando ya parecía convencido por sus compañeros de que la única táctica posible era defender atrás y esperar, se desmarcó con una última recomendación, "lo mejor es dar muchos pases y tener la pelota", algo que a todo el mundo le habría gustado, pero que resultaba inviable en estas condiciones, tal y como los hechos se encargaron de demostrar. Y aunque como entrenador no se vaya a ganar la vida, hay que reconocerle a nuestro capitán que en su último campeonato (por ahora) nos haya llevado a disputar unas semifinales que al final casi no terminan. Los rayos que no pararon de caer durante la segunda mitad fueron el preludio del chaparrón que se desató minutos después de finalizar el partido, justo en el momento en que en la otra semifinal se lanzaba el último penalti de la tanda, y tras el cual jugadores, árbitros y espectadores salieron disparados del Barnés. El poeta diría aquello de que "el cielo estaba llorando la derrota fili"...