IV Liga Sevale. Partido 8
Crónica de un campeonato anunciado.
Probablemente el titular de esta crónica no sea el más original del mundo, como tampoco lo fue el resultado del octavo partido de la IV Liga Sevale, pero es que el título de la novela de García Márquez (basada en hechos reales, por cierto) le iba como anillo al dedo a lo que ha sido este partido y por ende este campeonato.Campeonato que los más observadores se habrán percatado de que se ha finiquitado a los siete, y no a los ocho puntos, pero eso lo dejamos para el apartado de incidencias. En estos primeros párrafos toca hablar de lo ocurrido desde el saque inicial.
Y lo que ocurrió fue una salida arrolladora de Los Mandíbulas. Para cuando el primer jugador blanco tocó el balón, Carlos ya había establecido el 1-0, y para cuando hicieron su primer tiro a puerta, la meta de Jose ya había recibido tres goles, dos palos y un larguero.
Remontar ese 3-0 cargando una mochila de seis derrotas en los siete partidos previos parecía difícil, pero Nico abrió la puerta y Kike en un saque de esquina dio esperanzas y descubrió el punto débil de los oscuros, el balón parado (3-2). Pero Paparaxotes tenía un punto más débil, la facilidad para encajar goles especialmente cada vez que lograban apretar el marcador. El 6-4 fue su última oportunidad. A partir de ahí Los Mandíbulas se soltaron el pelo en ataque, resaltando un Fidel que logró por primera vez 4 goles en un partido oficial (los había marcado en 2007, pero en un amistoso) y un David cuyo repoker pudo incluso aumentar. Poco importaba ya, porque en Paparaxotes nadie quería seguir ni con el partido (14-7) ni con un campeonato en el que ya la semana pasada habían entregado la cuchara ante unos mandibuleros que, ahora sí, ya pueden celebrar que son campeones. ¡Enhorabuena!
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