II Liga Sevale. Partido 7
El muro de las lamentaciones.
El Muro de Berlín, denominado oficialmente «Muro de Protección Antifascista» por la República Democrática Alemana (RDA) fue uno de los símbolos más conocidos de la Guerra Fría y de la separación de Alemania. Fue construido en 1961, y desde entonces muchas personas murieron en el intento de cruzar al sector occidental debido a la dura vigilancia de los guardias fronterizos de la RDA, hasta que al fin, en 1989, fue derruido en un de los pocos momentos históricos del siglo XX que todos los participantes del séptimo partido de la II Liga Sevale pueden decir que han vivido (aunque Felipe tuviera dos añitos por entonces).En Israel, el Muro de las Lamentaciones es un lugar sagrado para los judíos, debido a que es una de las pocas partes que quedaron en pie después de que los romanos destruyeran el Templo de Jerusalén. Comúnmente frente a él se lamenta la destrucción de la ciudad y la dispersión del pueblo hebreo, siendo el viernes un día de especial intensidad. La tradición de introducir un pequeño papel con una plegaria entre las rendijas del muro tiene varios siglos de antigüedad.
Pues bien, a estos dos muros, los más famosos de la Humanidad (entraría en otra categoría La Gran Muralla china), no tendría nada que envidiarles el construido por el equipo de Los Sordos en lo que fue una de sus victorias más contundentes. Y es que si el de Berlin fue construido en una noche, el de los amantes del Whisper XL fue levantado en apenas 5 minutos. Y mientras que el alemán acabó siendo derribado por los acontecimientos históricos, este aguantó en pie y sin inmutarse pese a la insistencia de los tóxicos por atravesarlo.
Y en cuanto a lamentaciones, pues también iría sobrado este muro blanco, todas las del mundo dejaron allí unos azules que, obcecados ante el imbatible Ángel y su cuadrilla de zapadores, acabaron haciéndose un Froilán (tiro en el pie) justo cuando el autogol de Nico les había metido en el partido (1-2). La cagada de Fran dejándose robar la cartera ante un Nico que con toda la portería para él le dio suspense (al palo y el balón que se pasea por la raya para acabar entrando) fue el comienzo de la fiesta para Ramón, que consiguió un poker, y Alberto y Nico (sendos tríos). Y es que si en las rendijas del muro de las lamentaciones caben papelillos, en la de Ángel apenas pudo Felipe anotar un par de goles que quedan en anécdota ante el repaso de unos sordos (3-10) que suman su tercera victoria seguida y ya toman ventaja en el campeonato.
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