VI SuperDuelo. Partido 4

Glóbulos Rojos se beben la gaseosa azul.

Como una gaseosa. Así puede describirse la actuación de Circo Aragonés en el 4º partido del VI SuperDuelo. La agitación provocada entre sus moléculas/jugadores por la victoria de la semana anterior, provocó una salida a chorro que durante los primeros minutos logró atragantar a los jugadores hematíes. Estos veían impotentes como un inspirado Fidel, junto con un siempre resolutivo en los primeros minutos David, llevaban el marcador hasta un 0-3 que parecía cumplir la ya habitual profecía de Peri (la de que su equipo va a ganar fácil, por supuesto).

Sin embargo aún quedaba mucho partido por delante y Ramón y los suyos contaban con ello. Con ello y con el retorno del hijo pródigo, del 10 de Filisifonsos, del profanador de vestuarios femeninos, en definitiva, de un Nico que regresó de Portugal con la puntería cargada. Si a su habilidad para encontrar las escuadras de Fran, unimos los robos y los goles de un Ramón que se permitió el lujo de fallar un polémico penalti (ver incidencias), y el incansable despliegue físico del resto de globulinos, se explica facilmente que Fidel y Peri tuvieran dificultades en la salida del balón, y que del 0-3 se pasara al 5-3.

La gaseosa azul había perdido su fuerza y se veía por debajo en el marcador, pero el juego entre ambas escuadras no era tan diferente como para que fuera imposible la remontada. Los circenes tenían que intentar que el último trago fuera provechoso, y para ello nada mejor que apretar en defensa y apurar cada contraataque como si fuera el último. Fue entonces cuando aparecieron las arrancadas de Peri que, primero David y luego el propio Onez, convirtieron en gol (aunque este último tuvo que disparar dos veces tras el gran paradón de Nico). Con el 5-5 se abría un nuevo partido que duró hasta que, de nuevo el mayor de los Jiménez, confió en demasía en su habilidad para sacar la pelota y perdió la bola ante Ramón. El disparo de éste rebotó entre las piernas de un Fran que rápidamente se dió la vuelta para tratar de sacar ese balón que se dirigía a la portería. A pesar de llegar antes que Pablo y que Ramón, la desgracia hizo que su despeje rebotara en su compañero y acabara besando las mallas. El hecho de que quedaran pocos minutos, unido al improperio (al estilo Fernan Gómez) del guardameta hacía Onez, no hizo sino alterar el estado de ánimo de un equipo que veía como el partido se le escapaba de las manos.

Pero lo peor estaba por llegar, porque en una semana aciaga para los porteros (Fabianski, Moyá, Gorka Iraizoz, Asenjo) no podía ser menos el guardameta azul. El mayor de los Martínez (y de todos los jugadores) colocó sus dos manos para detener el flojo y centrado disparo de Edu, pero el resto de su cuerpo y de su mente parecían estar en la siguiente jugada, por lo que el esférico se deslizó entre sus dedos con la misma suavidad con la que las aspiraciones azules de ganar el partido se colaban por el desagüe. El resto del encuentro fue un autohomenaje de los globulinos que disfrutaron y mejoraron sus estadísticas, hasta que con el 9-5 Nico dijo que se tenía que marchar (curiosamente para una vez que no está el partido reñido, van y dejan las luces puestas). Así que, por si alguien tenía alguna duda, Glóbulos Rojos sigue muy vivo.

Incidencias.

Partido disputado el 19 de Febrero de 2010 en la pista 13 del Barnés. Un tenso encuentro que además de "temáticas", tuvo polémica. Con 2-3 para los aragonesistas, Pablo desvió con el codo un disparo globulino cuando trataba de protegerse. Tan cierto era que la mano era involuntaria como que había separado los brazos del cuerpo, por lo que la discusión estuvo servida. Aunque Nico lanzó fuera la pena máxima a propósito, finalmente se repitió el lanzamiento y fue Ramón el que, una vez más, demostró que lo suyo con los penaltis no es normal. Como tampoco es normal lo de Edu, que se metió a ducharse sin haber pagado la pista, y provocó que Fran, y el resto de jugadores bingueros, se quedaran esperando a que saliera. La pista se pagó, el tiempo seguía pasando, y por allí no aparecía ni Edu ni Nico (que también se estaba duchando). Cuando el capitán de Filisifonsos se marchaba de las instalaciones fue inquirido sobre el paradero de Edu, pero "o rei dos toques" tuvo que reconocer que no lo sabía porque se había vuelto a duchar en el vestuario femenino. Unos minutos más tarde, y dudando de que en los vestuarios hubiera realmente alguien, la conserje se dirigió a comprobarlo mientras que David se preguntaba en voz alta ("¿pero que hacemos aquí?"). Nadie lo sabía muy bien, porque hacía bastante frío, pero al menos Fran esperaba recuperar su euro. Algo que el hombre consiguió poco después, cuando el deseado salió de las duchas y le hizo entrega de...5 euros, lo que le costó el tercer viaje, para conseguir cambio, a una conserjería donde lo conocen tanto que lo mismo lo llaman para hacer sustituciones. Y por no alargar (un verbo muy bien traído) la crónica, otro día diremos (o no) el nombre del jugador que, ¿sin saberlo?, iba luciendo en su coche publicidad de un conocido prostíbulo. ¿Estará buscando nuevo patrocinador para su equipo, o pensando en pagar en carne las próximas primas por victoria?. No lo sé...