II Liga Sevale, Partido 3
Bruta, ciega y sordomuda, torpe, trasto y testaruda.
Así rezaba el estribillo de esa canción con la que Shakira saltó a la fama allá por 1998 (año en el que Piqué ingresaba en los alevines del Barça, por cierto), y que viene como anillo al dedo a esa escuadra de jugadores que en el tercer partido de la II Liga Sevale se dedicaron a ser el perfecto sparring para Residuos Tóxicos.Y es que un equipo sordo por definición, se quedó mudo a la hora de responder al repaso que le dieron los tóxicos desde el minuto uno. Y lo del uno es literal, porque cuando Edu y Nico hicieron acto de presencia, recién comenzado el choque, el resultado ya era de 2-0 para los azules. Y mientras que Nico opositaba al papel de ciego (llegaba directamente de una boda), Edu se tomaba tan en serio las bromas de sus compañeros ("no entres a jugar que vamos muy bien sin ti") que contribuyó elevando aún mas el nivel de unos tóxicos excelentes.
Como un trasto se podía definir al equipo colorado en el minuto 15, momento en que caía por 6-0. Felipe reinaba en la pista, Edu parecía tener más energía que todo el quinteto rival junto, y hasta David recuperaba sensaciones. Y quizá como algo bruta (aunque accidental) la patada de Fran T sobre un Fidel que pese a todo continuó jugando, cosa que no pudo hacer un Kike con problemas musculares.
Los azules se quedaron sin cambio pero nada cambió porque la escuadra roja no tenía gasolina ni ideas, aunque al menos se mostraba testaruda en seguir luchando. Gracias a eso detuvo la hemorragia en la portería de Jose pero hasta ahí llegó su premio. Fran se mantenía como espectador de lujo hasta que los azules, ya con 7-0, y a falta de pocos minutos, se relajaron y propiciaron las ocasiones clamorosas en ambas áreas. Y mientras que los sordos lograron transformar sus dos primeros goles antes de parar el encuentro para la tanda de penaltis (ver incidencias), en el posterior tiempo añadido fue David el que aprovechó que el duelo había degenerado aún más para conseguir su primer hattrick de 2013, y cerrar así el marcador (8-2) de un descafeinado partido.
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