III Trofeo McDonalds. Partido 6
Papá, no corras.
Lo más probable es que el título de la crónica haya traído a vuestra mente la imagen de un tierno infante, sentado en el asiento trasero de un coche, y rogándole a su padre que sea más cauteloso con su velocidad. Pues sacad a ese niño de vuestra representación mental y colocad en su lugar a un señor de 34 años que lo que está intentando es meter en vereda futbolística a su padre, un chaval que, sin que nadie se pregunte ya cómo es posible, resulta tener varios años menos que su vástago. Obviamente la escena ya no transcurre en un coche, sino en la pista número 11 del polideportivo Jose Barnés, en la que se disputa el sexto partido del III Trofeo McDonalds, y el motivo de preocupación para el hijo (David) es que hace ya más de un año que no comparte equipo con su padre.Y es que cambiar ese Ángel con el que está acostumbrado a jugar todos los Lunes, y que se ha convertido a lo largo de los años en su alma gemela futbolística, por un progenitor con el que desde 2007 apenas ha jugado 2 partidos de Copa Polonio, 4 amistosos, y un España-Uruguay, podría haberse notado en exceso. Sin embargo Nico, que no podía prometer ser un clon de Ángel ni un nuevo Kike, si que podía garantizar que le traería a su hijo goles en la maleta.
Claro que enfrente había un rival que hasta ahora ni se había mencionado, y que se jugaba nada menos que la posibilidad de igualar el campeonato. Contaba para ello con el retorno de un Felipe con hambre goleadora. Suya fue la vaselina desde su campo que igualaba el primer tanto del pichichi Carlos. Los porteros estaban cediendo el protagonismo a los goles, y rápidamente los rojos tomaban su primera (y única) ventaja. El 3-2 tampoco iba a durar mucho tiempo, y tornaría en pocos minutos en 3-5 gracias a que Carlos encontraba más amiguitos goleadores que Felipe.
La ventaja azul llegaría a ser de tres goles, pero ni así las tendría todas consigo un David poco acostumbrado al frenesí en sus equipos, y menos cuando están por delante, de ahí el titular de la crónica. Pero en este caso Papá si que corría y alteraba con ello las señas de identidad de unos telefónicos en los que Fidel tenía que multiplicarse para hacer de él mismo, de Kike y de Ángel, sobre todo cuando los de Ramón echaban toda la carne en el asador aprovechando que los azules estaban con la puntería perdida. Pero la ventaja no bajaría de los dos goles y los pimentoneros acabarían abdicando tras un contraataque de tres contra portero que el propio Fidel resolvería, y que deja a Los Prepago a un paso del título.
Comentarios
Si aún necesitais un medio estorbo defensivo, ahí estaré!!
Saludos!
Francisco, cuando puedas confirma que vienes el Viernes.