II Torneo Modaba. Partido 3
De cómo un balón nos hacía disfrutar.
Lo más probable es que estés leyendo esta crónica cuando el calendario se encuentre en Noviembre de 2010. Pero también es posible que hayas llegado hasta este texto muchos años después, y que lo hayas hecho siguiendo la pista de alguno de los nombres que aparecen en ella. Puede que se trate de tu padre, tu abuelo, o algún otro antepasado tuyo. Si este es el caso y quieres saber a que se dedicaba tu antecesor en sus tiempos jóvenes (dentro de lo que se pueda contar) continua leyendo.Lo primero es ponerte en situación. Al grupo de jugadores habituales no les bastaba con repartirse a ambos lados de la pista y lanzarse a dar patadas al balón. Les gustaba formar dos equipos fijos que disputaran competiciones con extraños nombres y rebuscadas reglas. En este caso se jugaba la segunda edición del denominado Torneo Modaba (¿?) y se había llegado al tercer partido con clara ventaja para el equipo De Lorean (22-0). Su rival, conocido como Los Energéticos, tenía la extraña habilidad de empezar perdiendo y luego remontar para al final terminar ahogándose en la orilla. Quizá ese antepasado tuyo fuera uno de estos perdedores. Si se trataba del portero Fran (al que por cierto tendrías que visitar más a menudo al asilo), deberías saber que llegaba al encuentro después de una temporada floja. Por aquel entonces ya se veía cercana su retirada, pero te reconfortará saber que al menos en este partido estuvo bien. Ayudó a evitar que De Lorean se pusiera por delante al anular la capacidad goleadora de Nico (bueno, ahora es el juez-estrella Miñarro, pero para nosotros por aquel entonces era Nico).
Quizá otro nombre que también te sonará bastante es el de Ramón Bernabé, el famoso representante de jugadores y propietario del Murcia Ciudad de Atlético. Ya por aquel entonces tenía una agenda de jugadores envidiada por todos, y conseguía formar equipos ganadores excepto en el caso de Los Energéticos, su mayor fracaso. Sin embargo en este partido él y su escuadra, que incluía el fichaje de Francisco (una interesante mezcla de recuperador+jugón) comenzaron de lujo, logrando el primer tanto de la noche (1-0). Sin embargo los de enfrente tenían a un guardameta, Jose, que a pesar de ser músico no cantaba en la portería, y un defensa corajudo y con un cañon en la pierna, pero no exento de habilidad para elevar la pelota. Se trataba de Felipe (hombre con una triste historia que luego conocerás), que en una de esas sutiles vaselinas desde su campo no marcó el gol de la noche por la punta de los dedos de Fran. Aún así sus pases elevados fueron oxigeno para Edu, el hombre más decisivo de su equipo con 4 goles. Quizá ahora se trate de tu abuelo, pero en sus tiempos mozos llevaba de cabeza a las defensas contrarias. Aún así en este partido Los Energéticos fueron capaces de sobrellevarlo gracias a que cada vez que los blancos (De Lorean) empataban, ellos (los azules) se adelantaban de nuevo.
Quizá los futuristas echaron en falta los goles de Alberto (Serna, el ahora extravagante propietario de la Fórmula 1), que ya en su juventud era un tipo impredecible. Lo mismo marcaba 6 que, como en este caso, ninguno, lo que no fue óbice para que el partido siguiera en todo lo alto. Y más emocionante que se puso cuando De Lorean, por primera vez, se adelantó en el marcador (4-5). Todos los aficionados azules (gente del futuro, esto de los aficionados es una licencia literaria) miraron a la persona encargada de llevarles a la victoria. Sin embargo el que apareció por allí fue Fidel, que no sabemos muy bien cómo, marcó un golazo con la puntera antes de dejar paso al que sí que se esperaba que tirara del carro. Era un David que había iniciado la temporada al nivel de Raul (gente del futuro, Raul ese año jugaba en el Schalke 04), y que en ese partido sacó partido a toda su habilidad para rapiñar balones y convertirlos en oro. Qué ironía que en uno de sus tantos el elegido para la rapiña fuera su entonces representado Felipe, hombre del que años después volvería aprovecharse. Presentar como suyo y de Fidel un estudio que realmente había hecho Lipe, les sirvió a los primeros para llevarse el Premio Nobel de Química (segundo para un unionense), quedándose nuestro hombre sin la gloria. Lo que nadie puede discutir es que los 5 goles del tiracarros sirvieron para que De Lorean no pudiera remontar ni con portero jugador, y para que la diferencia final fuera la mayor que se consiguió en todo el partido (8-6).